Entre los distintos estilos de yoga que existen hoy en día, hoy queremos hablarte del Yoga Restaurativo. Este estilo tiene sus orígenes en el Yoga Iyengar, y se basa en la idea de que muchas personas viven vidas muy activas y experimentan niveles altos de estrés. Este tipo de yoga proporciona un espacio para desconectar del barullo diario y permite al cuerpo y a la mente descansar y rejuvenecer.
Se centra en la relajación profunda, la respiración consciente y la atención plena para ayudar a calmar el sistema nervioso y reducir los niveles de estrés en nuestro cuerpo.
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Así que si quieres saber más sobre este estilo de yoga, sigue leyendo, te lo vamos a contar todo.
¿Qué es el yoga restaurativo?
El yoga restaurativo es un estilo de yoga suave y relajante que se basa en la relajación y la restauración física, mental y emocional. A diferencia de otros estilos de yoga más dinámicos y desafiantes, el yoga restaurativo emplea posturas suaves y de apoyo junto con el uso de accesorios como un zafú de meditación, mantas o bloques de yoga para permitir que el cuerpo se relaje completamente en cada postura.
El yoga restaurativo es adecuado para personas de todas las edades y niveles de condición física, y puede ser especialmente beneficioso para aquellos que buscan una práctica que fomente la relajación y la sanación.
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¿Quién creó el yoga restaurativo? Orígenes e Historia
El yoga restaurativo no tiene un único creador o fundador, ya que ha ido evolucionando a lo largo del tiempo a medida que varios practicantes de yoga y terapéutas buscaban formas de adaptar la práctica del yoga para enfocarse específicamente en la relajación y la restauración.
Aunque una de las personas clave asociadas al desarrollo del yoga restaurativo es B.K.S. Iyengar (creador del estilo de Yoga Iyengar).
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B.K.S. Iyengar (India, 1918-2014) desarrolló un enfoque del yoga que hacía hincapié en el uso de accesorios para permitir que las personas con diversas habilidades y limitaciones físicas pudieran practicar yoga de manera efectiva. Este enfoque se conoce como el "enfoque Iyengar". Aunque Iyengar no creó específicamente el yoga restaurativo, su enfoque sí influyó en el desarrollo de prácticas más suaves y terapéuticas, incluido el yoga restaurativo.
El yoga restaurativo también se inspiró en prácticas más tradicionales del yoga, como el yoga nidra, una forma de yoga que se centra en la relajación profunda y la meditación consciente. El término "yoga restaurativo" comenzó a utilizarse más ampliamente en la década de 1970 cuando algunos practicantes de yoga, como Judith Lasater y B.K.S. Iyengar, comenzaron a destacar la importancia de una práctica más suave y terapéutica para contrarrestar el estrés y las tensiones de la vida moderna.
Judith Lasater, una renombrada profesora de yoga y terapeuta, ha sido una de las figuras más influyentes en la popularización del yoga restaurativo. A lo largo de las décadas, ha desarrollado y enseñado extensamente esta práctica, contribuyendo significativamente a su difusión y reconocimiento.
Beneficios del Yoga restaurativo
El yoga restaurativo ofrece una gran variedad de beneficios a tu bienestar físico, mental y emocional, y aquí te vamos a nombrar los más importantes:
1. Reducción del estrés: el yoga restaurativo está diseñado principalmente para calmar el sistema nervioso, reducir la producción de hormonas del estrés y promover la relajación. Las posturas de apoyo y la atención plena en la respiración contribuyen a disminuir los niveles de estrés.
2. Relajación profunda: las posturas se mantienen durante períodos extendidos, permitiendo que los músculos se relajen completamente, lo que facilita una relajación profunda a nivel físico y mental, aliviando la tensión acumulada en el cuerpo durante el día a día.
3. Mejora del sueño: la práctica regular de yoga restaurativo puede mejorar la calidad del sueño. La relajación inducida por esta práctica puede ayudar a calmar la mente y preparar el cuerpo para un sueño más reparador.
4. Flexibilidad y movilidad: aunque el yoga restaurativo no se centra en posturas desafiantes, las suaves elongaciones y aperturas articulares pueden contribuir a mejorar la flexibilidad y la movilidad, especialmente en personas que pueden tener limitaciones físicas.
5. Equilibrio hormonal: se ha observado que la práctica del yoga restaurativo puede afectar positivamente el equilibrio hormonal y a potenciar tu energía femenina. La reducción del estrés y la relajación profunda pueden influir en la regulación de hormonas como el cortisol, contribuyendo a un equilibrio hormonal más saludable.
6. Fomenta la conexión mente-cuerpo: la atención plena en la respiración y la consciencia corporal durante la práctica del yoga restaruativo, promueven una mayor conexión entre la mente y el cuerpo. Esto puede ayudar a desarrollar una mayor conciencia de las sensaciones y emociones presentes.
[ ¿Sabes qué es el mindfulness? descúbrelo leyendo el artículo sobre Qué es el Mindfulness ]
7. Apoyo para problemas de salud: el yoga restaurativo puede ser beneficioso para personas que enfrentan problemas de salud específicos, como dolores crónicos, lesiones, trastornos del sueño, ansiedad y depresión. Sin embargo, es importante consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier práctica nueva, especialmente si se tienen condiciones médicas preexistentes.
8. Pausa en la rutina diaria: la práctica del yoga restaurativo proporciona un espacio de pausa en la vida cotidiana. Este tiempo dedicado a la relajación y la introspección puede contribuir a una sensación general de bienestar y equilibrio.
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Posturas de Yoga restaurativo
Como siempre te decimos, las posturas no cambian entre los distintos estilos de yoga, pero sí su ejecución y tiempo mantenido, en el caso del yoga restaurativo se escogen posturas por ser suaves, relajantes y terapéuticas. Se suelen utilizar accesorios como mantas, zafús y bloques para permitir que el cuerpo se relaje completamente.
Te enumeramos varias posturas que puedes incluir en tu práctica de yoga restaurativo:
1. Savasana (postura del cadáver)
La postura de savasana implica tumbarse en la esterilla en posición supina, extendiendo las piernas y los brazos cómodamente a los lados. Pueden emplearse zafús para proporcionar apoyo adicional debajo de los muslos.
2. Balasana (postura del niño)
En la postura de balasana, te arrodillas sobre la esterilla y te sientas sobre los talones, estirando los brazos hacia adelante o descansando hacia los pies. Puedes utilizar un zafú para apoyar tu torso.
3. Supta Baddha Konasana (postura de la mariposa acostada)
Acuéstate boca arriba y junta las plantas de los pies, dejando que las rodillas caigan hacia los lados. Coloca un zafú o bloque debajo de cada rodilla para mayor comodidad.
4. Viparita Karani (postura de las piernas en la pared)
Siéntate cerca de una pared y túmbate boca arriba, extendiendo las piernas hacia arriba por la pared. Puedes colocar un zafú debajo de tus caderas para elevarlas y que se active mejor tu circulación (si estás en tus días de menstruación, deja las caderas en el suelo).
5. Setu Bandhasana (postura del puente)
Túmbate boca arriba sobre tu esterilla, dobla las rodillas y coloca los pies en el suelo, cerca de tus glúteos y a la anchura de las caderas. Levanta las caderas hacia arriba, llevando el pecho hacia la barbilla, empujando con los hombros hacia abajo. Puedes colocar tus manos debajo de la lumbar para apoyarte en ellas (cierra los codos).
6. Janu Sirsasana (postura de la cabeza a la rodilla)
Para hacer sirsasana siéntate con una pierna extendida y la otra doblada, con la planta del pie de la pierna doblada hacia el interior del muslo contrario. Inclínate hacia adelante y descansa el torso sobre la pierna extendida. Puedes usar un zafú u otro accesorio de yoga para apoyar el torso y rendirte a los beneficios de la postura. Repite con la otra pierna.
8. Matsyasana (postura del pez)
Túmbate boca arriba sobre la esterilla, coloca las manos debajo de los glúteos, empuja con los codos y levanta la cabeza y el pecho, cierra los codos todo lo que puedas y deja caer la cabeza hacia atrás (deberías dejar el peso solo en los codos si la cabeza llega al suelo). Si lo prefieres, sustituye el apoyo en los codos con un zafú o bloque entre tus escápulas, y la cabeza la puedes apoyar también sobre un zafú o un bloque.
¿Qué necesito para hacer Yoga Restaurativo? Material Necesario
El material que necesitas para practicar yoga restaurativo es:
Como material alternativo podrías utilizar sillas o mantas también.
Conclusión
Por lo tanto, el yoga restaurativo se ha convertido en una forma apreciada de yoga que se adapta a las demandas de la vida moderna, al proporcionar un espacio para el autocuidado y la relajación, esta práctica continúa ganando popularidad como una herramienta efectiva para el bienestar físico y emocional.
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