Cuando el cuerpo y la mente están constantemente sobrecargados, disminuye la eficacia en las funciones naturales de nuestro organismo.
La era moderna, con la vida social, la comida, el trabajo y todas las distracciones a las que estamos expuestos a través de las redes sociales y la televisión, hacen que sea difícil encontrar momentos de relajación.
Nos vemos arrastrados por una falsa necesidad de producir y hacer, hacer, hacer…
Si paramos es para llevar nuestra atención a otro lugar, donde estamos constantemente recibiendo información.
Parece que se nos ha olvidado o que no sepamos la importancia que tiene parar, y que la propia Naturaleza necesita del descanso y la relajación para regenerarse. Esto podemos verlo claramente reflejado en lo que se experimentó en el planeta durante el tiempo de confinamiento, por el covid19.. Mientras la mayoría de las personas permanecíamos en casa, los coches, los aviones, los barcos estaban parados, las fábricas cerradas… la Tierra recibió un descanso enorme, y gracias a ello, muchos parámetros ambientales y de desarrollo mejoraron, crecieron y/o reaparecieron. La Naturaleza entera descansó, y salió beneficiada de este parón mundial.
Esto mismo sucede con nuestro organismo, mientras se esté consumiendo energía, haya ruido y distracciones externas, lo estemos usando continuamente… no habrá espacio para la limpieza adecuada, la recarga de energía y la regeneración celular que necesitamos para mantenernos en plena salud física y mental, y con la vitalidad necesaria.
Entendemos la Relajación como uno de los aspectos básicos para la Salud, y la calidad de vida.
Dicho esto os contamos que en Yoga se contempla el tiempo de relajación como una parte fundamental de la práctica, realizando Savasana al final de cada sesión, incluso algunas escuelas comienzan también con unos minutos previos en Savasana, para salir de los patrones mecánicos y predisponer cuerpo y mente al nuevo ritmo.
¿Qué significa savasana y cuál es su origen?
Savasana, también conocida como la postura del cadáver, es una posición de relajación que se practica normalmente al final de la práctica de asanas.
Como hemos dicho anteriormente algunas escuelas de yoga la utilizan también al inicio, e incluso algunas otras entre medio de algunas posturas, para hacer un descanso entre ellas
Es una palabra sánscrita que se compone de dos términos: "sava", que significa "cadáver", y "asana", que significa "postura" o "posición". Por lo tanto, "Savasana" se traduce literalmente como "la postura del cadáver".
En Savasana, uno se acuesta boca arriba en el suelo, con las piernas y los brazos extendidos a lo largo del cuerpo, los ojos cerrados y la respiración profunda y relajada. Es una postura de descanso y relajación profunda que permite al practicante integrar los beneficios de la práctica de yoga y calmar tanto el cuerpo como la mente. En algunas tradiciones, se habla además de la relajación espiritual.
El origen de Savasana se atribuye a la tradición del yoga clásico de la India. Aunque no existe una fecha exacta o una persona específica que se le atribuya su creación, aparece por primera vez citada en la Haṭha Yoga Pradīpikā (I.32), el famoso manual de Haṭha Yoga del siglo XV, donde se dice que “elimina la fatiga y hace que la mente se detenga”.
En la práctica moderna del yoga, Savasana es considerada una parte esencial de la sesión, ya que brinda tiempo para la integración de los beneficios de la práctica y ayuda a restaurar el equilibrio físico, mental y espiritual. Además, Savasana es una oportunidad para soltar tensiones, reducir el estrés y experimentar una sensación de calma y renovación.
¿Para qué sirve?
Esta postura de relajación tiene múltiples beneficios físicos y mentales. Te nombramos algunos de los más importantes:
- Ayuda a desarrollar la conciencia corporal.
- Permite relajar cuerpo y mente por completo.
- Disminuye y alivia tensión, molestias en cuello, hombros y espalda. Te recomendamos leer: Yoga para la espalda.
- Favorece el control del estrés y la ansiedad.
- Disminuye la presión sanguínea.
- Permite al cuerpo y la mente recuperarse, regenerarse y cargarse de energía.
Consejos para realizarla
En esta postura has de encontrar ante todo tu comodidad, para de esta manera evitar distracciones. Busca un lugar donde puedas estar tranquilo durante unos minutos sin que nada ni nadie te moleste. También es importante que la temperatura sea agradable, y sobre todo que no tengas frío. Generalmente después de una práctica de yoga el cuerpo se queda frío y es recomendable que tengas a mano una manta o prenda con la que poder taparte.
Para facilitar la búsqueda de la relajación, los olores calmantes como lavanda harán que tu Savasana pase al siguiente nivel, y para ello en nuestra tienda de yoga Yogimi tenemos unas almohadillas de ojos rellenas de semillas de lavanda y lino dorado, que son una maravilla. Una vez que la pruebas no hay marcha atrás.
No pongas juicios, tampoco expectativas, simplemente permítete parar y disfrutar de este descanso.
Paso a Paso: realiza la postura
- Túmbate boca arriba en tu esterilla de yoga, y cierra los ojos.
- Extiende los brazos a lo largo del cuerpo, ligeramente separados y las palmas de las manos mirando hacia arriba.
- Extiende y separa las piernas al menos al ancho de tus caderas, dejando caer los pies hacia fuera.
- Observa cómo el pecho está ligeramente abierto y los hombros en contacto con el suelo.
- Centra la cabeza, con el cuello y la boca relajados.
- Inhala y exhala profundamente por la nariz
- Aprovecha cada exhalación para relajar cada vez un poco más e ir relajando cada parte del cuerpo.
- Deja que la fuerza de la gravedad haga su trabajo y siente como te “fusionas” con la tierra, como si te derritieras hacia ella.
- Permite que tu respiración fluya de forma natural y relájate profundamente en esta postura. Mantén la atención en tu cuerpo y siéntelo descansar en el suelo.
- Puedes hacer una autosugestión, dando instrucciones mentales a cada zona de tu cuerpo, para profundizar en la relajación, con una ola de consciencia ascendente:
- Si quieres, utiliza algún mantra mientras te relajas y así aprovechar ese momento como una mini meditación consciente en el ahora.
Conciencia a tus pies y relaja todos los músculos de los dedos de los pies, los arcos y los talones. Siente cómo se sueltan y se hunden en el suelo.
Lleva tu atención a tus piernas. Relaja los músculos de las pantorrillas, los muslos y los glúteos. Siente cómo se vuelven pesados y se hunden en el suelo. Permite que la gravedad los sostenga.
Continúa relajando tu cuerpo ascendiendo hacia el abdomen y el pecho. Deja que se relajen los músculos abdominales y siente cómo se expande y se contrae naturalmente tu respiración.
Relaja los músculos de los hombros y los brazos. Suelta las manos y deja que descansen suavemente en el suelo. Relaja tu cuello y tu mandíbula, permitiendo que se separen ligeramente.
Libera la tensión de tu frente y tu cuero cabelludo. Relaja todos los músculos de tu cara y deja que tu expresión sea suave y tranquila.
- Permanece en Savasana durante al menos 5-10 minutos, o incluso más tiempo si lo deseas. Durante este tiempo, trata de mantener la mente en calma y deja que tu cuerpo se recupere y se relaje completamente.
- Cuando decidas finalizar Savasana, comienza a mover suavemente tus dedos de los pies y las manos. Luego, estira los brazos por encima de la cabeza y haz un estiramiento completo del cuerpo. Gira suavemente hacia un lado y, usando los brazos, ayuda a tu cuerpo a subir para sentarte en una posición cómoda.
¡Eso es todo! Recuerda que Savasana es una postura de relajación profunda y es importante permitir que tu cuerpo y mente descansen en ella. Disfruta de este tiempo de calma y serenidad.
Una respiración libre y profunda ayudará a absorber todos los beneficios de la práctica.
Lee más acerca de la respiración aquí en este post: Liberar la respiración para equilibrar cuerpo y mente.
Otras posturas de relajación
Podemos hacer variantes de Savasana, como por ejemplo estas tres que son muy agradables y además muy buenas para descargar la espalda, especialmente indicadas si tienes dolor en la espalda baja:
- savasana con piernas flexionadas y pies apoyados en el suelo
- savasana con un bloster o zafú de yoga debajo de las rodillas
- savasana con piernas flexionadas y apoyadas en una silla
Prueba esta clase y practica con nosotros.
Acomoda según tus gustos y necesidades. También puedes poner un rulo o cojín en la cabeza, o probar con el cojín debajo de la espalda para abrir el pecho.
En decúbito prono o postura del cadáver boca abajo.
Esta postura nos permite cambiar el foco y descansar sobre la parte frontal del cuerpo. Nos pasamos el día hablando y masticando, esta postura es una invitación a soltar todo tracto digestivo y labios, boca, lengua, cuerdas vocales y garganta. Es una excelente forma para enraizarnos hacia la tierra y sentir la fuerza de la gravedad.
Puedes colocar una manta debajo del abdomen, y cojín para tu cabeza.
Postura del Niño Krishna
Esta postura a nivel psicológico, no solo permite la relajación, sino que además nos permite sentirnos seguros, ya que damos la espalda a lo externo, y nos conectamos con nuestro interior. Permite seguridad, porque la parte más cercana a nuestras emociones, está boca abajo y por lo tanto protegida.
Para realizarla túmbate boca abajo con los brazos doblados por delate de tu cabeza y las manos una sobre la otra. Gira la cabeza hacia un lado y apóyala sobre las manos. Mantén las piernas ligeramente separadas y gira los dedos de los pies hacia el interior. Dobla la rodilla y abre la pierna hacia el costado
Para las mujeres embarazadas
Sobre todo a partir del segundo trimestre, practica Savasana tumbada del lado izquierdo, en una postura fetal. Acomódate colocando un cojín entre las piernas y otro cojín o zafú de meditación debajo de la cabeza.
Puede interesarte leer Beneficios del Yoga en el Embarazo y Yoga para Embarazadas Segundo Trimestre.
Conclusión
Como has podido leer, la importancia de la relajación final es fundamental como parte de la práctica, así que te animamos a darle su espacio cada día dentro de tu rutina habitual, y por supuesto a finalizar tus sesiones de yoga en savasana.
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Namasté
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