Liberar la respiración para equilibrar cuerpo y mente

Liberar la respiración para equilibrar cuerpo y mente

La respiración es uno de los puntos básicos de la salud. Cuando tenemos alguna dolencia, física o emocional, suele repercutir en la forma en la que respiramos, dificultando así nuestra respiración. La buena noticia es que esto también repercute a la inversa, es decir, mejorar la calidad de nuestra respiración va a influir directamente en el equilibrio de nuestro cuerpo, así como en el estado emocional y mental.

El concepto de salud y de sanación en el Yoga pasa por soltar

En esta tradición, así como en las bases de medicinas ancestrales, lo que se busca para mejorar la salud no es añadir nada, sino crear las condiciones adecuadas para que el Prana (energía vital) pueda circular libremente y se restablezca la salud, en un proceso de Homeostasis natural. Es decir, incidir positivamente en el cuerpo para favorecer su proceso de adaptación y de búsqueda de equilibrio natural.

Hay una frase de Rumi (místico Sufí), que me encanta utilizar cuando hablo de AMOR:

Lo mismo pasa con la respiración; nuestra tarea no es aprender a respirar. Puesto que llevamos años haciéndolo, y puesto que un bebe respira cómoda y plácidamente, nuestra tarea es desbloquear la respiración, encontrar las tensiones que la limitan y soltarlas.

Cuando conseguimos liberar la respiración y alargar la exhalación, conseguimos también soltar tensiones físicas, psíquicas y emocionales, que al liberarse crean espacio interior, lo que permite una buena circulación de la energía. Esto se traduce en una sensación única de espaciosidad interior, y digo única porque en mi opinión es una de las cosas más agradables y profundas que sentimos durante la práctica de Yoga, y que una vez lo hemos sentido, nos empuja a seguir en este camino.

Una buena exhalación también nos ayuda a la limpieza y desintoxicación de nuestro organismo, permitiendo el mejor intercambio de gases, la expulsión del aire residual y limpieza de pulmones, así como una oxigenación completa de nuestra sangre y todas nuestras células. Esto es de gran importancia hoy en día, por la cantidad de tóxicos a los que estamos expuestos, tanto por lo que comemos, por productos químicos de limpieza e higiene, por determinados hábitos, por la contaminación del aire, por la exposición a ondas y a aparatos electro magnéticos… Para favorecer la máxima eliminación de todos estos agentes externos es de vital importancia la calidad de nuestra espiración.

Aprovecho para recordar una frase que mi profesor de yoga terapéutico repetía constantemente: “la clave de una buena inhalación es una buena exhalación”. Lo que quiere decir que, para poder introducir una buena cantidad de oxígeno nuevo, necesitamos haber vaciado completamente primero. Si esto no se da, ocurre que la respiración se vuelve más superficial.  

Trabajando la respiración consciente, trabajamos el sistema neuro-vegetativo parasimpático, el de la relajación, restando la dominancia tan acentuada del sistema simpático, que está asociado a las respuestas de estrés.

Puesto que el estilo de vida, el trabajo, los hábitos y el ritmo de la sociedad en general, nos han alejado de los ritmos naturales, del descanso, de la naturaleza, del disfrute del tiempo libre… aquí tenemos otro punto para resaltar la importancia de la respiración en regular nuestro sistema nervioso.

Dicho todo esto sabemos que lo primero que tenemos que hacer es trabajar en los obstáculos que entorpecen la respiración, impidiendo que ésta sea amplia y fluida. Lo principal es tomar conciencia de nuestra forma de respirar, y para ello te propongo el siguiente ejercicio.

Ejercicio para tomar conciencia de nuestra respiración:

  • Túmbate sobre tu espalda, en un lugar cómodo, ya sea en la cama o sobre tu esterilla de yoga. Tápate los ojos para bloquear la luz y evitar cualquier tipo de distracción, por ejemplo, con las almohadillas de ojos de Yogimi.
  • Olvídate de la idea de cómo se debe respirar.
  • Reconoce tu respiración en este momento. Observa el aliento sin tratar de modificarlo. Observa ¿dónde va el aire? ¿Cómo se mueve tu cuerpo cuando inhalas y cómo se mueve cuando exhalas? ¿Cuál es el ritmo de tu respiración? ¿Qué profundidad tiene?
  • Ahora le vamos a dar un tiempo, para que de forma natural y gradual vaya encontrando su espacio para ampliarse, pero no hagas nada más que tener paciencia. Observa como el seguir ahí, sin exigencia, respirando sin pretender nada, va a ir aflojando nuestras tensiones, va a ir soltando nuestra actitud de esfuerzo, se van a deshacer adherencias y bloqueos en nuestros órganos, y esto va a ir favoreciendo el proceso. Solamente abandónate a tu respiración, y deja que ésta suceda de forma natural. Permite que encuentre su espacio en el abdomen, y que se vaya ampliando amablemente.

Esta toma de conciencia, es el primer paso en el trabajo respiratorio, y la pieza clave para que las siguientes técnicas o ejercicios que hagamos, no refuercen patrones de tensión que tengamos previamente. 

¡Respira!

 Maru Díaz Gañan
Profesora de Hatha y Vinyasa Yoga
especializada en Yogaterapia
  @maru_yogaterapia

 

Si te ha gustado este ejercicio de respiración y quieres más, desde Yogimi te recomendamos el siguiente: 

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