La semana pasada os hablábamos del ayuno, en qué consistía, cuáles eran sus beneficios y que tipos existen. Hoy nos centraremos en cómo salir correctamente de un ayuno, ya que igual de importante es aprender a realizar un ayuno de manera correcta como a salir de él, y así no perder todos los beneficios que nos aporta en cuanto a depuración, autofagia y reseteo del sistema digestivo.
Es importante que primero puedas manejar un ayuno que gestiones sin estrés, pues si no te llevaría a tener ansiedad por el aumento de cortisol y querer romperlo con comida poco sana. No tiene sentido que después de bastantes horas con nuestro cuerpo bien limpio, lo ensuciemos rápidamente y desajustemos consumiendo alimentos catalogados como “comida basura”. Eso haría que otra vez estemos en el punto de partida, o peor aún, por empezar a crear una relación con la comida dañina.
Para salir del ayuno, simplemente hacemos un des-ayuno, y lo importante aquí es más o menos saber cómo va a ser tu día según tu demanda energética.
- Si vas a tener un día tranquilo, y te apetece algo ligero, puedes optar por fruta:
- Te puedes hacer una macedonia, una compota, un batido de plátano y fresas o plátano y cacao, un bowl de fruta o fruta con yogur de coco.
- También puedes desayunar una rebanada de pan con aceite o aguacate con germinados y semillas por encima.
- O si no, prepararte unas gachas o “porridge” de 40gr avena en grano (no en copos) o de arroz con un poco de canela, bayas goji y miel; o de cacao, bebida de avena y unas onzas de chocolate y moras blancas deshidratadas.
- Si, por el contrario, tu día va a ser intenso, ha empezado con un fuerte entrenamiento deportivo, saliendo a correr 10km, un HIIT de 30 min o sabes que va a ser un no parar entre el trabajo, los niños y recados, entonces te recomendamos las siguientes opciones:
- 2-3 rebanadas de pan con paté de frutos secos o legumbres y germinados.
- Un bowl de frutas (2 plátanos y frutos rojos) con mantequilla de frutos secos (tahín, cacahuete, avellana, pistacho…).
- Si andas con prisas, un batido con verduras de hoja verde como canónigos o espinacas, arándanos, 1 cda de mantequilla de frutos secos, bebida de avellana, 1 puñado de nueces, 2 cdas de aceite de coco, canela y 1-2 onzas de chocolate 85% rallado.
- Un “porridge” de 60 gr de avena o arroz con cúrcuma, pimienta, un poco de jengibre para la cocción; 1/2 aguacate, 1 cda aceite de coco, canela y crema de legumbres o frutos secos.
- Y la opción más energizante sería prepararte un plato como el de un almuerzo pero para desayunar. Un plato de arroz o mijo con lentejas rojas al curry, por ejemplo. Al fin y al cabo, un desayuno no deja de ser una comida más del día.
Dependiendo de la estación en la que te encuentres, adapta tus comidas al clima para mayor digestibilidad. Por ejemplo, ahora en invierno la fruta tómala o a temperatura ambiente o mejor todavía, cocinada a la plancha, en compota, al horno, vapor…
Por supuesto puedes acompañar tu desayuno con una taza té kukicha, bancha, café de cereales o malta con bebida vegetal. El café, si eres muy cafetero/a, que sea uno de buena calidad, de comercio justo y si puedes comprarlo en grano y molerlo tú mismo/a, aún mejor.
Sin embargo, con el café hay que tener cuidado de no abusar de él, ya que, a pesar de sus propiedades antioxidantes y beneficiosas para enfermedades como el Parkinson, está reconocido como un alimento acidificante que puede provocar úlceras y malestar estomacal. Pero, si lo vas a tomar, la forma natural de prepararlo es como la de un té: infusionarlo en agua hirviendo durante 2-3 minutos y dejarlo reposar unos minutos antes de colar.
Éstas son algunas formas de desayunar que os proponemos, pero hay muchas más opciones que podéis versionar de manera sana. Nos encantará que compartáis con nosotros vuestras versiones en nuestro Instagram @yogimi usando el hashtag #NutriYogimi.
Te deseamos que disfrutes de un delicioso des-ayuno.
Namasté.
Sandra Picó
Especialista en nutrición natural