Ansiedad por la Comida: Qué es y 4 Consejos para Resolverla

Ansiedad por la Comida: Qué es y 4 Consejos para Resolverla

Sentir ansiedad por la comida es de las cosas más desagradables y difíciles que se pueden vivir porque la comida está siempre presente y la necesitamos cada día para sobrevivir. En este post vamos a tratar en profundidad todo lo que se relaciona con la ansiedad por comer para ayudar a solventarla por completo desde una perspectiva estratégica (terapia breve estratégica).

¿Qué es la ansiedad por la comida?

Muchas personas confunden el término “hambre emocional” con la “ansiedad por la comida”. Vamos a aclarar las diferencias entre ambos conceptos. 

El hambre emocional es el comer por emociones o como resultado de una mala gestión de estas. Es decir, que abarca todos esos tipos de hambre que no son por razones físicas o fisiológicas. 

Origen

Está socialmente extendida la idea de que cuando el cuerpo requiere de energía y necesita comer se le llama hambre física, hambre real o estomacal. Suelen decir que comerías cualquier cosa si tienes hambre fisiológica y que la emocional es más específica pero esto no es real. 

Como en el juego del teléfono donde el mensaje se distorsiona, se ha distorsionado lo que realmente es el hambre emocional: Empieza desde el momento en que nacemos ya que se vincula directamente nuestra seguridad y supervivencia cuando somos bebés a través del alimento que la madre nos proporciona. A nivel neuronal ya se están generando unas conexiones para que nuestro cerebro relacione la sensación de calma y bienestar al comer y salvaguardar nuestra vida. La comida no sólo es energía (calorías) y nutrientes (macronutrientes como los carbohidratos, proteínas o grasas + micronutrientes como vitaminas y minerales). 

La comida está íntimamente relacionada con las emociones en todas las culturas y contextos. Representan formas de dar amor y cultivarlo, de compartir, de celebrar… No podemos desvincularnos de las emociones con la comida. 

Por lo tanto comer emocionalmente realmente es inevitable porque comiendo una ensalada riquísima también estás sintiendo emociones y eso no es dañino. Lo dañino es cuando comemos esa ensalada desde el miedo a engordar (odio hacia tu cuerpo) y no desde el amor por él para cuidarlo y nutrirlo. Lo dañino es cuando nos desconectamos de las señales de nuestro cuerpo por completo y comemos por mil y un motivos pero no por hambre o ni siquiera sabemos si tenemos hambre o por qué comemos…

¿Qué provoca la ansiedad por la comida? Causas

Las principales causas de sentir ansiedad por la comida son:

Lo prohibido aumenta el deseo

La mayoría de alimentos con los que las personas tienen ansiedad (y se descontrolan) son aquellos que no se permiten comer y consideran dañinos para su salud o su cuerpo. Cuando realmente ningún alimento per se es dañino sino el comerlo en exceso y no tener un equilibrio en los hábitos nutricionales que esa persona sostiene en el tiempo.

Forzar lo que es espontáneo

Con el hambre puede ser por las dos direcciones ya sea obligarse a pasar hambre creyendo que así adelgazaré ya sea comer sin hambre porque lo dice la dieta que me ha mandado el nutricionista. Ambas conductas desregulan por completo al cuerpo humano ya que este tiene unos mecanismos de autorregulación en los que si tiene hambre envía la señal de la grelina al cerebro y si está lleno, envía la de leptina. Cuando hacemos dietas forzamos al cuerpo a límites que le hacen daño y alteran esos mecanismos. 

El control que hace perder el control, como consecuencia de lo anterior

Cuando aparece algo de ansiedad puede empezar a sentirse algo de taquicardia, alteración en el ritmo de la respiración… Y si intentamos controlar esas sensaciones paradójicamente cada vez van a más. Con la comida pasa lo mismo, cuanto más intento controlar lo que como más acabo comiendo en exceso. Por eso es importante trabajar en observar sin intervenir y ser conscientes de que cuanto más intente controlar lo que siento, los síntomas irán a peor. Es mejor observarlos y anotarlos. Si esto no es posible quiere decir que ya estamos en pleno ataque de ansiedad y por lo tanto, para la próxima intentaremos hacerlo antes.

La relación contigo mismx a base de crítica

Normalmente la exigencia y perfeccionismo extremos que en realidad son un miedo al fracaso. No solo con respecto a la comida sino en todos los ámbitos en general. Hablarse mal, exigirse mucho, constantemente intentar complacer a todo el mundo… Suele llevarnos a un estrés continuado que acaba generando mucha ansiedad. En concreto, cuando intentamos comer de la forma “correcta” o “perfecta” estamos destinados a fracasar porque no existe comer perfecto y porque en un momento u otro aparecerá una situación que no podré resistir y si la considero un error o fracaso, llegará la culpa y arrepentimiento. Si uno se arrepiente de algo intenta subsanarlo y compensarlo y por aquí empiezan la mayoría de Trastornos de Conducta Alimentaria.

La mentalidad de todo o nada

Es consecuencia del punto anterior. Si me siento culpable con un trozo igual que con 10, pues hoy aprovecho me tomo la tableta entera y ya el lunes empiezo otra vez. En esos momentos de concesión o “de perdidos al río” estamos ingiriendo de golpe una cantidad de energía que nuestro cuerpo no puede procesar y almacenará como grasas. En cambio comer ese trozo saboreándolo y disfrutándolo no afectará en absoluto al cuerpo en ningún sentido. También suele traducirse en procrastinación: “ya empezaré a cuidarme mañana o el lunes o cuando acabe el verano…”

La mente es paradójica y no entiende los NOs

“No pienses en un elefante rosa”. Ya lo has pensado. Es una paradoja que aquello que más me propongo no comer es lo que más acabo comiendo. Por eso es importante que la decisión de no comer algo sea una elección natural desde la escucha al cuerpo y no una imposición infundada en mitos nutricionales sin sentido. Ningún alimento tiene poder de hacernos daño. Es el conjunto de hábitos y cientos de factores más los que determinan la salud.

¿Cómo saber si tengo ansiedad al comer? Síntomas

Cuando hablamos de ansiedad por la comida nos referimos a una serie de pensamientos, sensaciones y acciones concretas que no tienen porque darse todas ni a la vez:

1. Pensamientos de rumiación y obsesión

Piensas mucho más en comida que en cualquier otra cosa, revisas qué hay en el armario o nevera mentalmente varias veces al día, llevas siempre comida contigo por si acaso o todo lo contrario y evitas todo lo que tenga que ver con comida para no sentir “tentaciones”, piensas constantemente en lo siguiente que vas a comer y cuando lo vas a hacer, fantaseas con ello como si fuera un amante secreto, te llevas mentalmente a los momentos en los que puedas volver a comer, te imaginas escenarios donde tienes otro cuerpo que te encanta y permite comer todo eso que deseas, te acuestas repasando lo comido y deseando que llegue el desayuno del día siguiente…

Sensaciones de incomodidad, alerta y alteración en el humor, taquicardia, agitación, sensación de descontrol, de que no puedes parar de comer o que necesitas hacer un esfuerzo enorme por no comerlo, sensación de que no eres tú, que no entiendes qué te pasa y porqué en esto te es tan imposible ser congruente con lo que te has propuesto…

2. Emociones

El estrés puntual es un mecanismo natural para el cuerpo “ponerse las pilas” y activarse de forma que sea resolutivo. Cuando el estrés es continuado genera una adaptación en nuestro sistema nervioso simpático que conlleva un estado ansioso donde dejamos de ser efectivos o productivos porque el agotamiento físico es mucho mayor. El cuerpo entra en estado de lucha y la mente se desconecta del cuerpo para sostenerlo… Por lo tanto, no siente las emociones y se van “acumulando” las piedras en la mochila emocional que cargamos a la espalda… Hasta que la mochila se rompe y estallan todas las emociones de golpe que tanto nos cuesta “controlar”. 

3. Acciones

Comer con ansia y tragar muy rápidamente, compulsivamente, cantidades ingentes de comida o picoteo de forma intermitente constante, acumular comida, comerla a escondidas, ver muchos reels de comidas o recetas pero no comerlos o hacerlo en “un día trampa” o “cheatmeal” donde has estado aguantando…

4. Ansiedad

También habría que diferenciar entre ansiedad generalizada volcada en la comida y ansiedad específica por la comida. Pueden darse a la vez pero si se vive solo una de ellas y aprendemos a diferenciarlas, tenemos la mitad del camino de solución recorrido.

Esta diferenciación la hago basada en la experiencia en consulta. Habrá profesionales que no lo vean o entiendan así pero a mí me ayuda a trabajarlo de forma estratégica.

La ANSIEDAD tiene muchos nombres en realidad, según la persona. Es un constructo complejo y afecta a muchos niveles...

La ansiedad por la comida existe siempre que haya una restricción sea física (no lo como) o mental (me lo como pero pretendía no hacerlo y por lo tanto sigo pensando que comerlo está mal) siempre que haya prohibición (que aumenta el deseo) o control en exceso (que lleva al descontrol)... Esta ansiedad por la comida se "soluciona" dejando de controlar la comida de forma mental, saliendo de la cultura de la dieta y empezando a escuchar, conectar y confiar más en el cuerpo.

La ansiedad generalizada por el estrés, exigencias, forma de interpretar y reaccionar ante la vida... Puede ser volcada en la comida, simplemente como forma de recompensa, de placer, de evasión, de calma momentánea... Eso se refuerza a nivel cerebral y se acaba convirtiendo en un hábito en el que de forma inmediata relaciono sensación desagradable = comida para compensar con sensación agradable. Comer emocionalmente no es perjudicial per se, pero no tener más recursos de gestión emocional que la comida sí pueden llevarnos a complicaciones añadidas. Esta ansiedad volcada en la comida se "soluciona" con una buena gestión emocional y yendo al origen de los factores causantes de estrés.

Suele ser común que haya una interrelación entre ambos "tipos de ansiedad" ya que por un lado tenemos una cultura de la dieta que nos inculca que la restricción y control es la forma de estar delgados y sanos y por otro, toda una industria que no para de crear alimentos hiperpalatables que hacen que segreguemos todas las endorfinas más conectadas con el placer y el amor... Además de una cultura en la que la comida está presente en todo y un nivel de vida totalmente estresante con cero educación emocional... 

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¿Cómo superarlo? 4 Mejores Consejos

Escucha lo que viene a decirte tu ansiedad.

Nada de lo que te haya llevado a sentir, pensar o hacer te define en absoluto. No te condenes a ti mismx por ello y atiende el mensaje que tiene para ti sentir esta ansiedad o malestar. La mayoría de las personas que hemos pasado por ello lo primero que intentamos es “controlarla” y como hemos visto a lo largo del post esto solo hace que acrecentar y agravar el problema. 

Lo contrario del control no es el descontrol

Es la autorregulación (el cuerpo de forma natural tiende a la homeostasis y conecta con lo que nuestra biología nos brinda de forma intrínseca al nacer). Podemos trabajar en consulta de psiconutrición en recuperar esas señales naturales que teníamos cuando éramos pequeños y dejábamos de comer cuando dejábamos de tener hambre por muy rico que estuviera el plato. 

El problema no es el hambre, por lo tanto la solución no está en la saciedad

No es que no te llenes nunca, es que estás desconectadx de las señales que tu cuerpo te envía y aún no puedes entender. Es un trabajo que sí haces acompañadx con profesionales de la salud (nada de influencers, coachs sin titulación pertinente porfavor) será mucho más fácil y eficiente. 

Identifica en tu caso cuáles son los principales activadores de esta ansiedad y qué intentas hacer para solventarla

En terapia breve estratégica le llamamos a esto Soluciones Intentadas. Son clave para reconocer las cosas que no te funcionan para dejar de hacerlas y que dejen de formar parte del problema. Por ejemplo: dejar de compensar por mucho que creas haber comido, dejar de pasar hambre y comer sin miedo y con placer, dejar de intentar controlarlo todo, etc.

Conclusión

Para concluir, la ansiedad por la comida es un problema que afecta gravemente la salud de las personas y no suele remitir si no hacemos algo para solventarla. Apoyarse en psicólogas sanitarias especializadas en conducta alimentaria (fuera de cultura de dieta) puede ser de gran ayuda para solucionar cuanto antes el problema y evitar llegar a desarrollar TCA. Es importante construir un cambio de mentalidad como sociedad para que rebajemos el nivel de estrés y ansiedad en general pero más importante aún, mejorar nuestra relación con la comida y nuestros cuerpos así como con nosotros mismos. Tanto porque todas las personas merecen vivir en paz en su día a día con la comida como por los pequeños que vienen y no queremos que sufran por ello.

Consulta con nuestro equipo colaborador @kokoro_psiconutricion

 

Sheila Mulero Almeda

Psicóloga y CEO de Kokoro Psiconutrición.
Se ha especializado en Terapia Breve Estratégica, Nutrición, Trastornos de Conducta Alimentaria, autoestima, mindfulness, entre otros modelos terapéuticos con tal de ayudar a las personas a las que acompaña. Ha escrito un libro sobre autoestima para sanar la relación con la comida y el cuerpo  "Déjate florecer". Trabaja de CEO de su plataforma de salud integrativa con profesionales sanitarios (psicólogas, nutricionistas, médico...) que guían a sus pacientes a unir cuerpo, mente y alma para sanar su relación consigo mismos. 

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